A todos los conocidos factores que nos pueden inducir a bostezar (hambre, cansacio, aburrimiento o, incluso, contagio) se suma la termorregulación corporal y cerebral.
A todos los conocidos factores que nos pueden inducir a bostezar (hambre, cansacio, aburrimiento o, incluso, contagio) se suma la termorregulación corporal y cerebral.