Captura de pantalla 2014-12-14 a la(s) 03.31.55 p.m.“Se tomó hasta el agua de los floreros”. “Ranchó (vomitó) hasta la leche materna”. “No se preocupen: no manejo yo: maneja Dios”.

Todas son frases que he escuchado al final de diferentes fiestas porque en Costa Rica, como en otros países, se tiene la nociva idea de que guaro y celebración son correquisitos.

Algunos creo que no están conscientes de la cantidad de calorías vacías que ingieren con cada sorbo.

¿Por qué vacías? Porque no aportan nada nutritivo para el organismo.

La idea de comer y beber es llevarle macronutrientes, vitaminas y minerales al cuerpo para que realice sus funciones vitales. Las bebidas alcohólicas no aportan nada.

Además, ¡son bombas de calorías!

Una copa de 5 onzas de vino tinto, con 12% de alcohol/volumen, aporta 120 calorías; eso es un poco más de lo equivalente a media taza de spaguetti cocinado.

(Si es una sangría, puede equivaler al spaguetti con todo y salsa, pues la sangría tiene las calorías adicionales de la gaseosa, las frutas y, a veces, azúcar añadida).

Una birra (botella de 12 onzas, con hasta 7% de alcohol/volumen) aporta 155 calorías; eso es poco menos de las calorías que contiene una taza de arroz blanco.

Un trago de 1,5 onzas de Baileys (que tiene 40% de alcohol/volumen) “contribuye” con 400 calorías; eso ya es casi las calorías de un casado completo.

A mis clientes les digo que las calorías diarias son como un presupuesto: usted tiene cierta cantidad de las que dispone al día para no hacer desastres en su organismo.

Si de su presupuesto calórico deseable (que difícilmente superará las 2.000 calorías diarias) desea destinar un tercio a ingerir alcohol, técnicamente “le alcanza” pero yo, en cambio, prefiero comerme esas calorías y alimentarme.

No les voy a mentir: sí me he pegado la fiesta (y siempre me he arrepentido) y sí, también a veces, muy de vez en cuando, me tomo un vinito.

(Por cierto, eso de decir los tragos en diminutivo —“vinito”, “roncito”, “cervecita”…— no le resta calorías ni los hace menos dañinos; aunque hay gente que cree que sí)

Pero difícilmente paso de dos. “ La moderación es de buen gusto”, dicen en Educalcohol, y parte de un estilo de vida saludable, agregaría yo.

Ahora que estamos llegando al fin de año, los insto a evitar el consumo de licor; pero, siendo realista, les pido no pasarse de tragos ( dos tragos en el caso de las mujeres; tres, en el caso de los hombres).

Por favor, tampoco se pongan creativos, mezclado licores con sustancias que pueden ser peligrosas.

Si es el anfitrión de la fiesta, le recomiendo que siga los consejos de la Guía del Anfitrión.

Tener suficiente comida que evite que la gente se embriague; poner mesas donde los invitados puedan colocar sus tragos para no verse obligados a consumirlos más rápidamente; ofrecer bebidas no alcohólicas a los abstemios y no insistir cuando los que sí toman no desean tomar más son algunas de las recomendaciones.

Finalmente, como no nos leeremos hasta el otro año, quiero agradecerles a todos su tiempo para leer mis postsy retroalimentarme con comentarios y preguntas; y desearles unas felices fiestas, en compañía de sus seres queridos (y en estado de sobriedad, por favor), y muchas bendiciones para el 2015.

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