Creo que a todos nos ha pasado alguna vez: “disculpe, no tenemos de esa talla”.

Es la forma políticamente correcta de decir su(s) pie, tronco, pierna, trasero, brazo, equis es demasiado grande/pequeño para ese zapato, pantalón, vestido, blusa, equis.

Se siente como una pequeña derrota, sobre todo si ese equis lo hemos estado buscando por bastante tiempo.

¿Y si le dijeran “su cuerpo es demasiado grande/musculoso/delgado/equis para esa profesión”?

No sé cómo se siente en carne propia, pero lo he visto en primera fila.

A mi hermana le he dicho siempre La Amazonas porque, desde que era una bebé, ha sido más fuerte que yo. (¡Y eso que le llevo 10 años!).

Tiene unas piernas gruesas y musculosas, capaces de romper un mueble de una patada ,y unos brazos definidos y fuertes, capaces de doblegar a cualquiera en un abrazo.

Nos sorprendió bastante cuando dijo que quería ser balletista, no porque no fuera suficientemente ágil (toda su vida ha nadado, corrido, patinado y realizado un sinfín de deportes más), sino, porque sentíamos que no era lo suficientemente delicada para moverse.

También la hicieron llorar en la academia cuando le dijeron que era “demasiado pesada” y “demasiado fuerte” como para bailar ballet.
Nos equivocamos. Fue mi orgullo en El Cascanueces y lo ha sido en cada obra que la he ido ver bailar desde que tenía seis años.

Por eso, cuando vi el anuncio de la bailarina Misty Copeland —a quien alguna vez rechazaron de una academia de ballet por estar demasiado fit—, no pude evitar pensar en mi hermana, y en muchas otras personas a las que alguna vez las han hecho sentir mal por el tipo de cuerpo que poseen.

No llego al punto de algunos que defienden la obesidad.

Sostengo y defiendo que es necesario estar en el peso saludable de cada uno; pero no lo hago por una razón de estética, sino, por una de salud:pesar más que lo recomendado para su estatura puede ocasionarle una serie de enfermedades que es mejor evitar.

Sin embargo, una vez que se está en ese rango que es recomendado por salud, no hay que desear estar (ridículamente) fit y, mucho menos, sufrir por no estarlo.

A  Chrissy Teigen una vez le dijeron “usted es muy gorda para ser modelo de esta marca”. Luego, fue portada de las revistas Sports Illustrated Swimsuit Edition, Vogue, Esquire y Glamour.

Misty, Chrissy, Vivi tienen todas algo en común: no solo demostraron a quienes las juzgaron por su apariencia física que estaban equivocados, sino también, y más importante aún: no dejaron de creer en sí mismas y de apreciar su hermoso cuerpo tal cual es, independientemente de si calzaba o no dentro de lo que los cánones del gremio dictaban.

Mi consejo de hoy no es uno de ejercicio, es uno de estilo de vida en general: no se conformen con quienes son si pueden ser mejores; pero tampoco sufran por no ser quien desean ser, si ya son la mejor versión posible de sí mismos.

A veces esa es la milla extra.

 

 

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