Por mucho tiempo procuré trabajar con metas SMARTeSpecíficas, Medibles, con un plan de Acción establecido, Realistas y Temporalmente viables. Y eso está bien.

Pero recientemente conocí sobre los OKR, siglas en inglés que significan Objetivos y Resultados Clave (Objective Key Results) y me pareció interesante, útil y hasta complementaria su aplicación fuera del ámbito gerencial y dentro del de wellness, que es lo que nos ocupa en este blog.

Siempre que un cliente me contrata y conversamos para su plan de entrenamiento, definimos sus metas y su motivación, la cual no puede ser algo genérico, como “perder peso” o “hacer más ejercicio” o “tener una vida más sana”. Eso ni si quiera serían metas porque no son SMART.

Pero, para mí, la motivación va más allá: tiene que ser completamente personal y único; es la razón detrás del querer perder peso, hacer más ejercicio y ser más sano.

Puede ser el ser capaz de tirarse en el piso a jugar con los güilas sin que la espalda le pase factura; o ponerse aquel pantalón que tiene guardado desde hace años y que no regala porque espera poder vestirlo de nuevo; o poder subir al segundo piso de la oficina sin llegar jadeando; o llegar a ver nietos y jugar con ellos; o…

Eso, que yo siempre he llamado “motivación” es lo que en WhatMatters.com llaman la O, es decir, EL objetivo. En su opinión, el objetivo tiene que expresar una razón específica y personal para lograrlo. “Cualquiera que sea su ‘por qué’, asegúrese de incluirlo en su objetivo”.

Andrew Deutsch, propietario de Nerdstrong Gym y fiel creyente de que Crossfit se rige por OKRs, coincide y añade: un objetivo es una oración que contiene una declaración cualitativa y ambiciosa (fuera de nuestra zona de confort).

Además, considera que, para ser realmente efectivo, debe estar manifestado en nuestra propia voz: ¡nada de adoptar objetivos o lemas de otros como propios!

Acciones clave

Sabiendo cuál es ese objetivo audaz y motivacional, toca definir cómo alcanzarlo y medirlo. Ahí es donde los KR entran en juego.

Para poder cumplir nuestro objetivo, deberemos ir tomando acciones más pequeñas, a lo largo del tiempo y de forma organizada, que nos permitan acercarnos a nuestro objetivo y medir cuán alineados estamos a élexplica Diego Noriega, uno de los autores referentes del ecosistema emprendedor de la Argentina. “Esas acciones representan los resultados claves (KR)”, asegura.

De hecho, todos coinciden en que estos resultados clave, usualmente tres por objetivo, son el componente cuantitativo de los OKR, tanto así que, según los especialistas de WhatMatters.com, cuando a usted se le pregunte si ha logrado o no un KR en particular, usted debe poder responder con un ‘sí’ o ‘no’, sin lugar a dudas.

Esta característica es lo que permite realizar un seguimiento del progreso hasta su finalización. Medir este progreso, añade el PM de LifeHack, Ben Willmott,  es lo que mantiene a la persona motivada e interesada hasta la consecución del objetivo.

SMART OKRs?

Medibles, Accionables, Temporalmente viables,… No sé a ustedes, pero, a mí, los KR me suenan a SMART… Y no estoy tan perdida.

De hecho, los especialistas de Master Me Up aseguran que algunas organizaciones “usan SMART como un checklist de OKR”.

“SMART es una guía para definir metas de forma independiente. OKR es una metodología para alinear todas esas metas y avanzar en una sola dirección”, opinan.

Yo coincido.

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