Si lo que quiere es perder peso o aumentar masa muscular, pilates no es la respuesta.

Sin embargo, practicar esta actividad física le aportaría algo mucho más funcional e importante: una mejor postura corporal.

Los desbalances en las fuerzas musculares son los que generan las malas posturas, pues unos músculos jalan el esqueleto con más fuerza que otros, produciendo dolores, lesiones y deformaciones como las jorobas, por ejemplo.

“Imaginen un árbol”, dice el fisioterapeuta e instructor de pilates, Dan Westerhold. “¿Tiene toda la fuerza en sus ramas? No. El árbol es tan fuerte como lo son su tronco y sus raíces. Sin esa fuerza, se caería de lado”.

Por eso, pilates se enfoca en ejercitar el cuerpo desde el centro hacia las extremidades con diferentes ejercicios que desarrollan la fuerza abdominal y de los músculos más cercanos a la columna vertebral, principalmente.

Así, se alinea el esqueleto, eliminando los dolores de cuello, espalda y lumbares.

Además, “se trabaja la musculatura profunda, y no solo superficial, lo que logra un mayor soporte para órganos y huesos”, dice Stephany Cifuentes, instructora de pilates.

Pero ese no es su único beneficio. Muchas de las posiciones de la rutina implican estiramientos que dotan a los músculos de mayor elasticidad.

Esa combinación de fuerza y flexibilidad le permitirá minimizar el esfuerzo para realizar las tareas cotidianas y moverse con mayor facilidad, agilidad y equilibrio.

En pilates, la respiración es un elemento clave de la rutina. Esta ayuda a realizar los esfuerzos de la forma correcta, al tiempo que elimina toxinas mediante la exhalación, oxigena la piel, los músculos y órganos (principalmente el cerebro) y promueve la relajación.

Para todos

Quienes hayan visto una clase de pilates sin saber de qué trataba, fácilmente podrían haberla confundida con una de yoga o con una preparación para baletistas, pues los movimientos se realizan de forma lenta y controlada, usualmente con las extremidades extendidas.

Esto ahuyenta a los hombres de este tipo de clases.

Pero, caballeros, permítanme recordarles que quien inventó esa rutina de movimientos a inicios del siglo XX (Joseph Pilates) no era solo un acróbata; era también un boxeador que a sus 82 años tenía aún la misma agilidad, elasticidad y tono muscular que décadas atrás.

El alemán Joseph Hubertus Pilates practicó la rutina que diseñó durante toda su vida

Ahora, si lo que le preocupa es que usted no es lo suficientemente fuerte o flexible para realizar la rutina, sería como preocuparse cada mañana de que no está lo suficientemente sucio como para bañarse.

No es un método de entrenamiento riesgoso ni invasivo y la secuencia de movimientos puede ser hecha tanto por principiantes como por avanzados, retando al cuerpo con diferentes palancas, puntos de apoyo y centros de gravedad, los cuales pueden hacer más fácil o más difícil un mismo ejercicio.

No obstante, es importante aclarar que Pilates desarrolló su serie de posiciones como un sistema, que lleva un orden lógico que respeta los patrones de movimiento de la columna vertebral y que utiliza una serie de aparatos que facilitan la realización de los ejercicios.

Por eso, instructores de pilates como Aliesa George consideran que quienes practiquen pilates obtendrán los mayores beneficios si hacen los ejercicios no solo sobre un mat, sino también con el equipo —que fue precisamente diseñado para que las personas pudieran hacer el trabajo de piso después— y por lo menos dos veces por semana.

Pero bueno, tampoco es completamente indispensable tener un reformer en la casa. Yo me la juego con una bola, un aro, una liga y un mat.

Eso sí, le recomiendo hacer los ejercicios de la mano de un instructor que supervise la técnica y la respiración correcta para que pueda ganarse todos los beneficios mencionados y evitarse lesiones por una postura mal hecha.

 

Este post se publicó originalmente en http://www.elfinancierocr.com/blogs/la_milla_extra/deberia-hacer-pilates_7_238846114.html