No sé si será ignorancia, prejuicio, sesgo o una mezcla de todo lo anterior, pero lo primero que venía a mi mente al pensar en atletas con discpacidad, antes de los Paralímpicos 2020, eran quienes competían con prótesis, como el ganador de oro costarricense Sherman Guity Guity, o en silla de ruedas, como Ernesto “Lobito” Fonseca.

Así que para paliar un poco mi desconocimiento, quise investigar más al respecto y aquí les comparto mis aprendizajes y reflexiones.

1. ¿Por qué PARA?

Primero me quise pelear con el prefijo “para-”, que según la RAE significa ‘junto a’, ‘semejante a’, ‘al margen o en contra de’. No me suena. Si por mi fuera, le llamaría SuperOlimpiadas porque estos parateltas son para mí como superhéroes extraordinarios.

Pero también entiendo que esa adjetivación puede caer en el erróneo eufemismo de referirse a estas personas como “especiales”. Hacerlo así “no reconoce la diversidad, ya que al fin y al cabo, todos tenemos capacidades diferentes”, afirman en ASDRA. Esta, la Asociación Sindrome de Down de la República Argentina, asegura que ese concepto carece de sustento académico o de reconocimiento entre las organizaciones de la sociedad civil especializadas.

En cambio, el Comité Paralímpico Internacional explica que la acepción de “para-” a la que se refieren es la de “al lado de”: “su significado es que los Paralímpicos son los Juegos paralelos a los Olímpicos e ilustra cómo los dos movimientos existen uno al lado del otro”.

Incluso, en esta edición de juegos, se incluyeron dos de portes (Boccia y Goalball) sin contraparte en los juegos olímpicos.

Cada deporte tiene sus propios criterios mínimos de discapacidad para clasificar, definidos a partir de investigaciones científicas. (Foto para EF / Carobicos / Google images)

2. Discapacidades y categorías

Una persona sin un brazo y una persona sin una pierna tienen ambas una discapacidad motora. Una persona que no escucha con un oído y una persona que no escucha con ninguno de los dos tienen, ambas, discapacidad auditiva.

Digamos que las cuatro son paratletas del mismo deporte, ¿compiten en la misma categoría?

No… no, necesariamente.

Empecemos porque cada deporte tiene sus propios criterios mínimos de discapacidad para clasificar. Estos criterios se basan en investigaciones científicas que evalúa el impacto de las discapacidades en las distintas actividades deportivas.

“Si un atleta no es eligible para competir en un deporte, no se cuestiona la presencia genuina de una discapacidad. Es una regla del ese deporte”, explican en el sitio de los Paralympics Tokyo 2020. Quizás esa discapacidad sí cumpla el criterio mínimo en otro deporte, pero puede ser que ese no sea el de este atleta.

Además, aunque las discapacidades presentes en esta edición de juegos pueden agruparse en físicas, intelectuales, visuales y con parálisis cerebral, hilando fino, el Comité Paralímpico Internacional lista 10 tipos, dentro de los que se incluyen deterioro de la fuerza o del rango de movimiento, diferencia en la longitud de las piernas, baja estatura, aumento anormal de la tensión muscular o reducción de la capacidad de un músculo para estirarse, falta de coordinación, movimientos desequilibrados e involuntarios.

Mindblowing, right?

Una vez clasificado para el deporte, la clase deportiva agrupa a atletas con una limitación similar en la actividad para la competencia, de modo que puedan competir equitativamente.

“También significa que una clase deportiva no necesariamente está conformada por atletas con la misma discapacidad. Si diferentes discapacidades causan una limitación en la actividad similar, los atletas con estas discapacidades pueden competir juntos”, añaden.

En estas Paraolimpiadas Tokio 2020 vimos 22 deportes en los que participaron 4.400 atletas, cada uno en categoría de dos dígitos: el primero indica el tipo de discapacidad funcional que tiene y la segunda, el grado de afectación, explican en el diario español AS.

En estas Paraolimpiadas Tokio 2020 vimos 22 deportes en los que participaron 4.400 atletas. (Foto para EF / Carobicos / britishweightlifting.org y olympics.com)

3. Un paratleta, dos ganadores

Siempre he pensado que el atletismo es un deporte individual. Los entrenadores acompañan al atleta durante el proceso, pero, en la competencia, están solos. La medalla depende de sus propias piernas, su corazón y su potencia.

No obstante, en las paraolimpiadas es otra la historia.

En el atletismo para deportistas con ceguera o debilidad visual, la medalla no depende únicamente de su propio esfuerzo. Con ellos, corren los guías, que también son atletas, entrenadores y amigos de los corredores, con quienes deben realizar un trabajo de coordinación y de movimientos simultáneos sin margen de error.

No solo deben correr el uno a la par del otor, sino que, cuando el atleta apoya el pie izquierdo, el guía debe apoyar el pie derecho, y viceversa. De hecho, los guías no pueden empujar ni jalar a su compañero, sino, permanecer siempre a la par (y atrás, a la hora de cruzar la meta); todo perfectamente coreografiado como si fuera un único organismo simbiótico compitiendo juntos por una misma gloria.

Por eso, luego de que Mónica Rodríguez impusiera un récord mundial en los 1500 metros planos, el oro no fue solo para la tapatía sino también, para quien corrió con ella, Kevin Aguilar. “El deporte paralímpico reconoció a Rodríguez y Aguilar como un equipo, ya que no se puede llegar a la cima sin la cooperación ni ayuda del otro, por lo que también son premiados”, detallaron en El Financiero (México).

Similar, digo yo, a como ocurre en el paraciclismo, en la categoría donde las personas con discapacidad, sea visual o de otro tipo, compiten en equipo con un compañero, utilizando una bicicleta tándem.

Mónica Rodríguez impusiera un récord mundial en los 1500 metros planos, el oro no fue solo para la tapatía sino también, para quien corrió con ella, Kevin Aguilar. (Foto para EF / Carobicos / Reuters)

4. Accesibilidad

Este año me propuse ser una embajadora de accesibilidad para mi equipo y lo que he aprendido a la fecha es que hacer algo accesible no significa hacer una concesión para que una persona con equis discapacidad pueda acceder a ese algo.

En realidad, alternativas accesibles benefician tanto a las personas que no tienen discapacidades como a las que las tienen. “La accesibilidad consiste en eliminar barreras y brindar beneficios a todos”, dice Steve Ballmer.

Por ejemplo, es accesible la bola usada en Football 5-a-side, que incluye un dispositivo interno que hace ruido para que todos puedan escucharlo, incluso quienes no lo pueden ver. (La funcionalidad de este requiere de la cooperación del público, quien debe estar en silencio todo el partido, a excepción de cuando se cantan los goles). ¿Se imaginan?

Pero lo que más me alegró es saber que las medallas son accesibles. Sí, son de oro, plata o bronce, pero, además, se pueden palpar las hendiduras en el lado de la medalla donde se detalla el metal y tienen “Tokio 2020” escrito en Braille en el anverso de la medalla.

5. No excuses

Después de ver las fotos, las explicaciones, los fun facts… ¿valen nuestras excusas para no darlo todo a fin de intentar conquistar nuestras metas? Y lo digo para todo, desde un plan de ejercicios hasta un título académico.

¡Dejémonos de ‘peros’! ¡Hay que moverse!

Este post se publicó primero en https://www.elfinancierocr.com/blogs/la-milla-extra/cinco-cosas-que-aprendi-de-los-juegos-paralimpicos/HFYV2R6F4ZEOLLT7SJDZ7RS2QE/story/