Ya sabemos que es necesario que el cuerpo sea igual de fuerte arriba que abajo, adelante y atrás, derecha e izquierda.

Y, si fuera por optimizar tiempos de entreno, lo más fácil sería trabajar las dos piernas al mismo tiempo, los dos brazos al mismo tiempo, los dos pectorales al mismo tiempo, etc, etc, etc y en un 2×1 salir de eso.

El problema con eso es que usualmente tenemos un lado dominante. Con ese abrimos las botellas, halamos la puerta, pateamos la bola y, por ende, es más fuerte y más hábil que el otro.

Si al entrenar no le damos oportunidad de que trabaje individualmente (por ejemplo, con mancuernas) y dejamos que entre izquierda y derecha se repartan el trabajo (por ejemplo, con una barra), lo más probable es que el lado débil termine “arrecostándose” al lado fuerte. Así, el fuerte se hará más fuerte y el débil quedará sin mejorar.

Por eso, es importante que sus programas de entrenamiento no solo equiparen la fuerza de los grupos musculares antagonistas (pecho-espalda, bíceps-tríceps, etc); sino también, las lateralidades. Esto requiere que, cada cierto tiempo, los ejercicios que están acostumbrados a hacer con ambas piernas, ambos brazos, ambos dorsales etc al mismo tiempo, los hagan de manera individualy, en caso de determinar que un lado está más débil que el otro, hacer trabajo de fuerza (no, de tonificación) por un tiempo, hasta que ambos lados sean igualmente fuertes.

Abajo, una serie de ejemplos que puede poner en práctica.

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