En otras oportunidades he aprovechado la fecha para proponerles ejercicios para realizar con la  pareja o con otro compa, pero esta vez voy tomar San Valentín como excusa para hablar de la salud del corazón (el órgano, no, el ícono del sentimiento  ).

Un estudio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) mostró que mantener una buena hidratación a lo largo de la vida puede ralentizar el deterioro del funcionamiento cardiaco.

Este alcance se suma a los otros ya conocidos beneficios de tener una óptima hidratación,que van desde permitir el funcionamiento crrecto de los riñones y el cerebro, hasta resolver el mal aliento y cuidar el cutis.

“Al igual que reducir el consumo de sal, beber suficiente agua y mantenerse hidratado son formas de apoyar a nuestros corazones y pueden ayudar a reducir los riesgos a largo plazo de enfermedades cardiacas”, dice la autora principal del estudio, Natalia Dmitrieva, investigadora del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), parte de los NIH.

El estudio mostró que una hidratación óptima y constante a lo largo de la vida  puede disminuir la prevalencia de la insuficiencia cardíaca, la cual ocurre cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo.

Si bien las pautas de líquidos varían según las necesidades del cuerpo, los investigadores recomiendan una ingesta diaria de líquidos de 6 a 8 tazas (1,5 a 2,1 litros) para las mujeres y de 8 a 12 tazas (2 a 3 litros) para los hombres.

Y ojo: si bien es cierto que todos los líquidos hidratan (incluidas las sopas, las frutas y las gelatinas), sus contenidos no son equivalentes al del agua pura y por ende, no logran el mismo efecto en el cuerpo.

Por eso, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades aconsejan incentivar el hábito de beber agua en adultos y en niños, cargando y rellenando una botella durante el día, sirviendo agua durante las comidas y agregándole rodajas de naranja o limón, si no es fan de su sabor neutro.

Tome nota que todo esto es en “estado de reposo”. Si va a hacer ejercicio durante sesiones cortas, debe tomar agua de forma constate para mantenerse hidratado; si va a participar en un evento las necesidades son mayores.

Los atletas comienzan a hidratarse dos semanas antes del evento, conscientes de que ese día perderán hasta tres litros de líquido. A este tipo de deportista se le recomienda tomar la noche antes del evento unos 500ml y consumir otros 500ml, dos horas antes de la competencia.

Si va a hacer ejercicio durante sesiones cortas, debe tomar agua de forma constate para mantenerse hidratado; si va a participar en un evento las necesidades son mayores.

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