“Durante el embarazo, las madres aumentan de peso, los ligamentos y las articulaciones se aflojan y los músculos abdominales se estiran”, aseguran especialistas del Departamento de Salud de Hong Kong.

También sufre el suelo pélvico, que durante el embarazo tiene que soportar un gran peso —algo para lo que no siempre está preparado, añade  Blanca González Sánchez, fisioterapeuta del Centro de Fisioterapia Duofis. “Además, en el parto siempre hay un sufrimiento de esta musculatura, sobre todo en el proceso de expulsivo, que se puede ver agravado por el tipo de parto, el tamaño del bebé, la situación previa del suelo pélvico de la mujer o las prácticas hospitalarias iatrogénicas”, detalla.

Toda esta musculatura del vientre y la pelvis “se alarga, y por tanto se debilita, además de sufrir traumatismos (cicatrices perineales o abdominales)”, agrega la fisioterapeuta Katie Bell. Los músculos del piso pélvico, recuerda, no solo inciden en la postura, sino que también son importantes para sostener los órganos pélvicos y prevenir cualquier síntoma de incontinencia.

En su opinión, practicar Pilates después del parto puede fortalece estos músculos y puede ayudar a “preparar su cuerpo físicamente para volver al nivel de funcionamiento y actividad física que espera [con un recién nacido]”. Considera también que este tipo de entrenamiento puede ayudar a tratar la diástasis (separación de los músculos del vientre), algo común después del parto.

Coincide con este criterio la asociación de especialistas ingleses POGP (Pelvic, Obstetric and Gynaecological Physiotherapy), que aseguran que practicar Pilates estimula la musculatura del suelo pélvico y los músculos profundos del vientre, lo cual aumenta la estabilidad y la fuerza del core.  Como fortalecer los músculo abdominal protege la columna vertebral al garantizar una buena postura, se puede disminuir el dolor de espalda baja.  

Otro beneficio que Bell visualiza de practicar pilates post parto es que se activan suavemente los músculos del piso pélvico. Esto “puede ayudar a mejorar el flujo de sangre al área, lo que ayuda a los procesos de sanación y reparación del cuerpo”.

Desde un punto de vista más integral, investigadores de la Universidad de India vieron cómo esta disciplina puede “mejorar efectivamente el bienestar materno porque este ejercicio se enfoca en aumentar el apoyo físico, psicológico y social durante el período posparto”.

De hecho, los especialistas del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) aseguran que “puede ser un factor esencial en la prevención de los trastornos depresivos de la mujer en el posparto”.

De acuerdo con los especialistas de Permanente Medical Group,  si se mantuvo activa durante el embarazo y tuvo un parto vaginal sin complicaciones, se puede empezar a caminar de una intensidad de baja a moderada apenas se sienta capaz. “Luego de 6 semanas, el doctor probablemente le dirá que puede retomar su rutina de ejercicio regular”, detallan.

En cambio, si lo suyo fue una cesárea, la mayoría de los doctores recomiendan esperar al menos 6 semanas para hacer cualquier cosa más allá de caminar.

A continuación, 10 minutos de pilates que puede realizar en casa.

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